Tenía dudas ayer de que el primer capítulo de la segunda temporada de Polseres Vermelles tuviera el éxito de audiencia que tuvo la primera temporada. En Twitter la cosa parecía estar muy calmada, incluso podría decir que demasiado tranquila para un evento de tal magnitud, teniendo en cuenta los precedentes.
Además también tenía dudas de que el nuevo tono de la serie pudiera agradar de la misma forma a los espectadores de la primera temporada. Esta nueva temporada ha alcanzado la madurez, tiene un tono mucho más adulto y es más dura en general. Podríamos decir que ha dejado atrás ese espíritu más infantil que tenía antes.
Sin embargo mis dudas se han esvanecido esta mañana cuando por la radio han anunciado que el primer capítulo ha batido su récord histórico de audiencia, con un 25% de cuota de pantalla y 842000 espectadores. Para que os hagáis una idea, el récord de audiencia de la primera temporada en Cataluña fue durante el último episodio, con un 20,6% de share. Cinco puntos más, nada vamos. Queda claro que el éxito de esta serie está garantizado durante mucho tiempo, y si sus creadores lo desean y TV3 tiene dinero, no tengo dudas que habrá más temporadas, no se si las 5 que desearía hacer Albert Espinosa, pero que habrá más no tengo ninguna duda. Si un producto gusta y vende mucho, por qué no seguir haciéndolo?
Pero vamos a dejar ya el tema de las audiencias y centrémonos en la valoración del primer episodio. Aviso que a partir de aquí hay spoilers, y por tanto, aquellos que no hayáis visto todavía el capítulo y no queréis saber nada antes de verlo, no sigáis leyendo esto.
Como he dicho esta nueva temporada tiene un tono más triste, más duro, más adulto, que se puede apreciar desde el primer momento. El capítulo empieza con un sueño, Lleó está soñando con sus amigos tan queridos, con sus Pulseras Rojas, a los que ya hace tiempo que no ve. De golpe se despierta y mira en el calendario y nos enseña a los espectadores, que ha llegado el dia que le darán el alta, después de tanto tiempo encerrado en el hospital. Durante el capítulo podemos ver flashbacks de las cosas que han ido pasando entre el final de la primera temporada y el comienzo de ésta. Podríamos resumir que los pulseras rojas se han acabado separando conforme se han ido curando, y se ha quedado Lleó solo en el hospital. Bueno, también está Toni que ahora trabaja de celador en la planta infantil del hospital, explicandole a los niños historias sobre los Pulseras Rojas.
Paralelamente a estos flashbacks, Lleó inicia una despedida en el hospital con toda la gente que conoce. La escena más emotiva del capítulo, y coincido exactamente con Albert Espinosa en ello, es la de la despedida entre Lleó y el señor Benito. Hay que verlo, es muy emocionante. Vaya por delante que uno de mis personajes preferidos de esta serie es sin duda el señor Benito. Este actor simplemente lo borda, es fantástico.
Al final del capitulo, y después de estar todo el rato de despedida, la doctora le dice que todavía debe quedarse al Hospital a hacer quimioterapia, lo que produce un golpe tremendo al personaje y también al espectador. En este momento es probable que llenéis vuestros pañuelos de lágrimas.
En general ha sido un capítulo duro, que viene a marcar a tónica de lo que será esta segunda temporada. He de decir que yo me aburrí un poco y no llegué a llorar, porqué ya sabía como acabaría el capítulo, y porqué la gran escena de la despedida de Lleó con Benito ya tuve ocasión de verla previamente. Evidentemente, estando espoileado el capítulo pierde mucha emoción, por eso espero que los que habéis leído hasta aquí abajo hayáis visto el capítulo, porqué de lo contrario no apreciareis la emoción y la fuerza que transmite, y me haréis sentir responsable de ello...
